Uno de los factores más importantes que incide sobre el normal crecimiento y desarrollo del feto es la alimentación de la madre. No sólo es importante durante el segundo y tercer trimestre, sino también durante el primer trimestre e incluso antes de la concepción. Desde el punto de vista nutricional, el feto depende totalmente de la madre ya que todos los nutrientes los recibe a través de la placenta.
En relación a la suplementación de nutrientes esenciales a las embarazadas, podemos encontrar opiniones diversas.
Debemos tener en cuenta que lo más importante es el fomento de una alimentación cualitativa y cuantitativa correcta a las necesidades de la madre a través de una correcta dieta, y en aquellos casos en que esta medida no sea suficiente, se debe aconsejar la suplementación.
A continuación se explica la importancia de la suplementación de los micronutrientes esenciales durante el embarazo y sus efectos sobre el normal desarrollo embrionario y fetal.
Las células son muy susceptibles al déficit de folatos en periodos de gran actividad metabólica, como es el de la formación y desarrollo del ser humano
Tienen un amplio abanico de expresión: malformaciones que son incompatibles con la vida en el cerebro y en la columna vertebral como puede ser el síndrome de espina bífida, que agrupa a un conjunto de defectos de la columna vertebral.
El déficit de ácido fólico también se ha asociado con niveles elevados de homocisteína en sangre.
La homocisteína es un aminoácido no esencial que puede producir defectos congénitos y ser responsable de algunas situaciones como:
- el aborto espontáneo,
- el desprendimiento prematuro de placenta
- hipertensión arterial,
- edema o retención de líquido,
- presencia de proteína en orina y
- un aumento excesivo de peso.
En conclusión que una suplementación adecuada de ácido fólico antes de la concepción tiene efectos beneficiosos Independientemente de esto, se aconseja a todas las embarazadas la ingesta de alimentos que aporten ácido fólico, especialmente vegetales de hoja verde (espinacas, coles, coliflor, guisantes), hígado, frutas (aguacate, naranja), cereales, legumbres, levaduras y frutos secos.
Se deberá empezar al menos un mes antes de la concepción, y mantenerse como mínimo hasta el final del primer trimestre. La tendencia actual es mantenerlo durante todo el embarazo, sobre todo en casos de gemelaridad, enfermedades crónicas, vómitos de repetición o malabsorción de cualquier origen.
La toma debe ser diaria e ininterrumpida, porque no se almacena en el organismo. Su consumo irregular disminuye o anula el efecto protector.
Resumiendo, se puede decir que la suplementación con ácido fólico supone la intervención más importante y efectiva para la disminución de los defectos congénitos.
La prevalencia de anemia durante el embarazo es alta, alcanzando cifras del 25% en países desarrollados.
Este déficit no puede ser compensado durante el segundo y tercer trimestre ni con la dieta, ni mejorando la biodisponibilidad, ni con el aumento de la absorción propio de la gestación, por ello, es aconsejable la suplementación con hierro.
Existen estudios que demuestran que valores bajos de hemoglobina, están relacionados con un bajo peso al nacer, prematuridad, aumento de la mortalidad perinatal, y un peor desarrollo físico y en el rendimiento cognitivo.
Las contraindicaciones de la suplementación con hierro es la hemocromatosis, enfermedad que cursa con un aumento de hemoglobina
La suplementación con hierro recomendada en España es de 30mg/dl para mujeres embarazadas que no tengan anemia.
Se aconseja tomar los suplementos en ayunas o entre comidas para favorecer la absorción acompañados de algún alimento que contenga vitamina C, y se desaconseja que lo hagan junto a la ingesta de té, leche o café.
El yodo no puede almacenarse en el organismo por lo que debe ser consumido todos los días.
El consumo diario recomendado en la población general es de 150-200 mg al día, que puede obtenerse mediante el uso de sal yodada y el consumo de alimentos ricos en yodo, como el pescado. Las necesidades de yodo en la embarazada aumentan a 300 mg al día.
Se sabe que el nivel de tiroxina hormona producida por el tiroides que circula en la sangre materna es fundamental para el óptimo desarrollo de la corteza cerebral fetal, sobre todo en la primera mitad de la gestación, pudiendo repercutir de forma irreversible en el desarrollo neurológico del niño.
En el primer trimestre se produce lo que se conoce como pico gestacional de la hormona tiroidea T4, que posteriormente disminuye.
Parece ser que este pico es muy importante para el desarrollo de la corteza cerebral del feto. En la segunda mitad, el tiroides fetal comienza a secretar sus propias hormonas tiroideas pero en cantidad insuficiente por lo que la contribución materna sigue siendo fundamental.
Durante el embarazo, con el conocimiento científico disponible se recomienda, además del consumo de sal yodada en la dieta, la asociación de un suplemento de 150-200 µg/día, iniciándose antes de la concepción y manteniéndose durante todo el embarazo y lactancia.
En la segunda parte te hablamos de más nutrientes que suelen ser indispensables para el embarazo y su necesidad de suplementar o no.
Recuerden que este artículo es orientativo, nunca sustituye la consulta con su nutricionista.