El sodio atrae el agua y una dieta alta en sodio dirige el agua hacia el torrente sanguíneo, lo que aumenta el volumen de la sangre y, con el tiempo, puede aumentar su presión arterial.
La presión arterial alta (también conocida como hipertensión) obliga al corazón a trabajar más y puede dañar los vasos sanguíneos y los órganos, lo cual aumenta su riesgo de padecer enfermedades del corazón, enfermedades renales y derrames cerebrales.
La buena noticia es que ingerir menos sodio a menudo puede ayudar a reducir la presión arterial a unos parámetros de normalidad, lo que a su vez puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar estas condiciones médicas serias.
Las principales sugerencia en relación con dietas que deban llevarse con control de sodio son:
– La modificación debe ser recomendada siempre en términos de miligramos o miliequivalentes. Recordando que el 39% de la molécula de cloruro de sodio es de sodio y que para convertir miligramos de sodio a miliequivalentes se necesita dividir los miligramos entre el peso atómico del sodio: un ejemplo seria 10 gramos de sal = 3.93 gramos de sodio.
– La restricción de sodio dependerá de la gravedad de la enfermedad, la utilización de diuréticos, disminución del peso corporal y de las modificaciones del estilo de vida de la persona.
– La posibilidad de la utilización de sustitutos de sal debe ser muy específica, ya que la mayoría de éstos contienen potasio y puede haber contraindicación para su uso
– Los medicamentos, principalmente los antiácidos, contiene importantes cantidades de sodio, lo cual debe vigilarse su prescripción
– Deben evitarse las comidas preparadas o comidas en restaurantes que suelen tener elevado contenido de sodio. Evitar los alimentos congelados, enlatados, embutidos, ya que en muchas ocasiones el sodio suele ser utilizado como conservante.
– Es importante una adecuada educación nutricional sobre la información del contenido de sodio en las etiquetas de los alimentos: recordar que el sodio puede aparecer en las etiquetas como:
– Al a hora de elaborar los platos, no añadir sal. Debemos recordar que los alimentos pueden tener un aporte de sodio de forma natural. Es por ello que para hacerlos más agradables al paladar puede utilizar hierbas y especies: el orégano, la albahaca, el curry en polvo, la pimienta de cayena, el jengibre, el ajo fresco o el polvo de ajo (no la sal de ajo), la pimienta negra o roja, el vinagre o el jugo de limón y las mezclas de condimentos sin sal.
– Algunos condimentos tienen une elevado contenido de sodio como: salsa de soya, el ketchup, los aderezos para ensaladas y los sobres de condimentos y use sólo una pequeña cantidad del condimento en los sobres para sazonar, en vez del sobre entero.
– Consuma la mayor cantidad posible de alimentos frescos ya que tienen menor contenido de sal, es importante que siempre vigile las etiquetas.
– Si está obligado a consumir alimentos en conservas, antes de usarlos escúrralos bien y lávelos.
– Consuma derivados lácteos con bajo contenido de grasa y no derivados lácteos procesados como quesos de untar que contienen una mayor cantidad de sodio.
Sabías que en Estados Unidos se ha encontrado que el consumo de sodio es en un 77% proviene de alimentos envasados y de consumo en restaurantes, 12% es aportado de forma natural por los alimentos, y 11% es añadida durante o después de la cocción.
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