La osteoporosis es una enfermedad que afecta a millones de personas en todo el mundo. Se caracteriza por la pérdida de tejido óseo y se asocia con fragilidad y por tanto con las fracturas de los huesos.
Existen dos tipos de osteoporosis:
Tipo I o postmenopáusica: que ocurre entre los 50 y 70 años y es más común en las mujeres que en los hombres pues esta pérdida de hueso se ve acelerada por la disminución de las concentraciones de estrógenos, con un cremento relativo en las concentraciones de la hormona paratiroidea que se acompaña de una reducción de la absorción del calcio.
Tipo II o senil: es más frecuente en personas mayores de 70 años y aunque también es más frecuente en mujeres que en hombres, la diferencia es menor.
La osteoporosis secundaria constituye la desmineralización ósea que puede deberse al consumo de medicamentos: corticoides, heparina o exceso hormona tiroidea y algunos trastornos médicos como el hipertiroidismo, hiperparatiroidismo, enfermedades del riñón y algunas formas de cáncer (leucemia, linfoma, mieloma múltiple), algunas enfermedades del intestino, hígado riñón o páncreas pueden producir también menor absorción de calcio. El reposo prolongado en cama y la inmovilización pueden alterar el balance de calcio en nuestro organismo, con la consecuencia de pérdida ósea,
El principal factor determinante del riesgo de osteoporosis es la magnitud de la masa mineral ósea, que en la vida adulta depende de manera fundamental del tipo de alimentación y la cantidad de ejercicio físico realizado durante la infancia y, sobre todos, en los primeros años de adolescencia. Es importante mencionar que puede haber factores genéticos.
El calcio es un mineral a los que se debe prestar particular atención durante la pubertad, pues alrededor de cuatro años después de que aparecen los primeros signos de desarrollo puberal, la mujer adquiere cerca del 50 % de la masa mineral ósea. Dos años después de la menarquia la mujer tiene cerca de 85% de su masa mineral ósea, mientras que a los 7 años posteriores a la aparición de la menopausia ya no se observan variaciones significativas.
Es en la pubertad cuando se alcanza la máxima densidad ósea por lo que la demanda adicional de calcio durante este periodo podría significar un mayor riesgo para presentar osteoporosis en la vida adulta.
Durante el climaterio la ausencia de los estrógenos aumenta la sensibilidad ósea hacia el funcionamiento de la hormona paratiroideas, esto provoca a corto plazo un aumento en la resorción ósea e hipercalcemia y a largo plazo osteoporosis. Llama la atención sobre el papel del calcio en la osteoporosis que llega a ocurrir durante la menopausia, sobre todo porque se ha mostrado que existe una asociación entre el consumo de calcio y la incidencia de fracturas.
El envejecimiento también está relacionado con una disminución de la densidad ósea. Si bien se ha reconocido que la osteoporosis está íntima mente vinculada con el envejecimiento, se sabe que por lo menos cinco factores participan en su origen; el efecto del envejecimiento en sí mismo, que acarrea un balance negativo de calcio y vitamina D, la pérdida de la actividad hormonal en la mujer, la fatiga ósea y los factores externos, como la disminución en el consumo de calcio, tabaquismo y vida sedentaria.
Esto nos da a entender que una ingestión adecuada desde la infancia y la adolescencia puede evitar la deficiencia de este mineral y evitar la aparición de la osteoporosis.
Si está demostrado con estudios que la suplementación con calcio al inicio de la menopausia no contribuye por si sola a evitar la pérdida de hueso. Pero si se acompaña con un incremento de la actividad física puede frenar la pérdida de masa ósea.
Otros micronutrientes que se han relacionado a la salud ósea o al riesgo de sufrir osteoporosis entran la Vitaminas D, K y C, el fósforo, el magnesio, el cobre y el flúor. Ya que todos estos participan en la absorción de calcio. Debemos recordar que existen nutrientes que favorecen la poca absorción del calcio, como pueden ser las grasas, fitatos y oxalatos
Este artículo es orientativo, NO sustituye la consulta con su Nutricionista