Mitos y realidades sobre los alimentos

Hoy hablaremos sobre algunos mitos y realidades sobre los alimentos

En la sociedad moderna hay un creciente interés por la calidad de vida, lo que explica la gran sensibilidad existente por todo aquello que suponga mejorar la salud y el bienestar de las personas y que se plasma en el aforismo de dar más vida a los años, frente a la idea de dar más años a la vida.

Uno de los principales pilares de ese concepto es la alimentación saludable, ya que cada vez se conocen más los efectos beneficiosos que van unidos al consumo de determinados nutrientes o modelos de dieta.

Sin embargo, los conocimientos evolucionan mucho más rápido que la capacidad de la sociedad para asimilarlos, lo que explica que se produzcan distorsiones e imprecisiones sobre lo que es saludable y lo que no.

Ello favorece la generación de ciertos mitos que tienen una aceptación muy amplia y que, en un momento determinado, surgieron de evidencias que luego pueden haberse modificado y, aunque la idea inicial fuera correcta, ya son hechos discutibles, Hemos seleccionado algunos ejemplos de los más conocidos y sobre los que discutiremos lo que tienen de real o lo que no.

 LOS ALIMENTOS  NATURALES  SON MÁS SALUDABLES

Esta idea es incorrecta y surge de una mitificación de lo natural frente a lo artificial, sin que ello tenga base real. Por definición, todos los alimentos son naturales, aunque casi todo lo que comemos haya sido influenciado por la tecnología alimentaria, que ha contribuido a conseguir productos de una calidad generalmente mejor que los que se crían de manera espontánea.. Otra cuestión distinta es cuidar que los alimentos en cuya producción influye la mano del hombre, incluidos los que proceden de semillas modificadas, deben ser tratados con el máximo rigor y garantía posible.

Hoy, prácticamente casi todo lo que compramos ha sufrido un proceso de selección, partiendo de productos iníciales que a lo largo de la historia han experimentado manipulaciones más o menos científicas. Quizá los alimentos actuales menos influidos por la tecnología son los denominados “ecológicos”, que cuando lo son de verdad existe garantía de que en el proceso de su producción no se han utilizado componentes sintéticos, en especial plaguicidas.

En cualquier caso, y a efectos prácticos, los alimentos ecológicos son minoritarios y no existe capacidad para producirlos en cantidad necesaria para abastecer a grandes masas de población, por lo que nuestra mayor preocupación debe ser exigir que los productos de empleo habitual cumplan las normas que garanticen su calidad nutricional y la seguridad de su consumo.

LAS VITAMINAS ENGORDAN

FALSO Las vitaminas son micronutrientes imprescindibles  para la vida y se consumen en pequeñísimas cantidades. Como orientación, basta pensar que la ingesta se mide frecuentemente en microgramos, lo que supone la millonésima parte de la ingesta de macronutrientes como la grasa, los azúcares o las proteínas.

Existen vitaminas liposolubles (A, D, E y K) e hidrosolubles (vitaminas del grupo B y vitamina C) y su importancia radica en que regulan muchas enzimas y funciones metabólicas, con lo que su carencia produce enfermedades graves que pueden conducir a la muerte.

La ganancia de peso en personas sanas es un fenómeno originado por el cúmulo de grasa, y ello sólo es posible con los alimentos que aportan proteínas, grasas, hidratos de carbono o alcohol, ya que son los únicos que proporcionan calorías almacenables en forma de grasa.

LA LECHE DESNATADA ES MENOS NUTRITIVA PORQUE TIENE MENOS PROTEÍNAS Y MENOS CALCIO QUE LA LECHE ENTERA

Esta afirmación es FALSA, ya que cuando la leche se somete al proceso de desnatado se reduce su contenido en grasa y en vitaminas liposolubles, como la A, la D y la E, pero conserva la misma concentración de calcio y proteínas que tenía previamente en forma de leche entera.

Por su parte, el aporte de calcio total del mismo volumen de leche es de unos 600 mg y su concentración es parecida, ya sea desnatada o entera. Es cierto que este mineral necesita la presencia de vitamina D para absorberse en el intestino, y dado que dicha vitamina es liposoluble, se perdería al desnatarla. Sin embargo, eso se corrige sobradamente enriqueciéndola con vitamina D.

LAS GRASAS SON POCO SALUDABLES Y NO SON  NECESARIAS PARA VIVIR

Esta afirmación carece totalmente de sentido ya que, al igual que los otros nutrientes, son esenciales para la vida. De una parte, las grasas son una fuente insustituible de calorías y el mejor modo de reservar energía para las épocas de escasez. Un hecho importante es que su composición química es muy compleja, y depende tanto del tipo de ácido graso predominante en sus moléculas como de la presencia de otros componentes en ellas.

De hecho las grasas aportan  los ácidos grasos,  existen algunos ácidos grasos de especial importancia para el buen funcionamiento de nuestro organismo, como el ácido oleico, el ácido linoleico y el ácido linolénico.

Una grasa especial es el colesterol, producto tan importante que es clave para sintetizarla mayoría de las hormonas y sin cuya presencia no podrían formarse membranas en el organismo.

Lo que sí es cierto es que el consumo inadecuado de grasas se asocia a varios tipos de enfermedades, sobre todo si son grasas saturadas (las que provienen de origen animal). Entre tales procesos se incluyen la elevación del colesterol, diabetes, hipertensión, enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer. Precisamente por ello se piensa, con una generalización impropia, que las grasas son malas para la salud.

EL HUEVO ES UN ALIMENTO POCO SALUDABLE

Esta frase es FALSA y está basada en que este alimento es muy rico en colesterol y en que es un vehículo importante en la transmisión de infecciones alimentarias, en especial las salmonelosis. La primera afirmación es cierta, pero existen algunos hechos que hacen que el impacto del consumo de huevos no tenga un perjuicio claro en aumentar el riesgo cardiovascular. Se puede calcular que una unidad tiene una media de 225 mg de colesterol y la alimentación adecuada no debe contener más de300 mg diarios, por lo que su ingestión EN EXCESO ES NEGATIVA en cierto tipo de personas.

Sin embargo, este nutriente, al contrario de lo que sucede con otras grasas, no se absorbe totalmente y cuando se aumenta su ingestión no se produce una asimilación proporcional. Ello explica que un tercio del total de colesterol de nuestro cuerpo venga de la alimentación, mientras que los dos tercios restantes se producen en el propio organismo, favorecido sobre todo por la grasa saturada. Por ello, un consumo elevado tiene un impacto limitado sobre sus niveles en la sangre y siempre inferior al aumento que se produce endógenamente cuando se comen alimentos ricos endicha grasa.

Pero el huevo contiene además nutrientes fundamentales, como vitaminas, grasas polinsaturadas y minerales que, como el zinc, son importantes para la vida; también es rico en albúmina, una proteína de extraordinario valor biológico que supera al de las proteínas de la carne y el pescado. Por todo ello, las personas sanas deben comer 4-5 huevos a la semana, y cuando tengan niveles altos de colesterol su consumo bajará a dos o tres semanales, teniendo en cuenta que para hacerlo descender en la sangre es más importante reducir el consumo de grasa saturada.

LOS ALIMENTOS «LIGHT»ADELGAZAN

El término light se aplica a los alimentos que tienen una reducción de su valor calórico con respecto al alimento completo, independientemente de que se le quite o no la fracción de grasa o de azúcar según el producto.

En ocasiones, el producto puede estar tan desprovisto de calorías que puede ser prácticamente acalórico, aun que pueda contener otros valiosos nutrientes, como vitaminas o minerales. Debido a que se les han reducido sus calorías, su capacidad para engordar es menor que la misma cantidad de otro alimento que contenga todos sus macronutrientes.

Sin embargo, eso no significa que adelgace, ya que para perder peso se necesita que haya un balance negativo entre la ingesta y el gasto del organismo; por tanto, tomar alimentos con bajo contenido calórico solo conseguirá ese efecto adelgazante si se eliminan otros con más calorías, pero nunca por el hecho de consumirlos en sí. Por tanto, la afirmación real es que el único alimento que no engorda es el que se queda en el plato.

Quizás el más light que existe es el agua, de la que se ha dicho erróneamente que cuando se consume en ayunas adelgaza y cuando se bebe durante las comidas engorda.

Este artículo es orientativo, NO sustituye la consulta con su Nutricionista

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