¿Sabes la cantidad de energía que se gasta preocupándonos? Ya decía el Profesor Feynman: «No uses tu energía para preocuparte, Usa tu energía para creer, para crear, para aprender, para pensar y para crecer.»
La palabra preocuparse se divide en dos: un prefijo; «pre» es algo que va suceder y el verbo «ocuparse», es decir anticiparnos a algo que va a suceder, con ello nos estamos proyectando al futuro, nos estamos ocupando de algo que aún no ha sucedido.y queramos o no esto nos produce amargura,
Esto es consecuencia de los miedos que se generan por determinados pensamientos: ¿si no lo consigo? ¿si me accidento? ¿si fallo? ¿si no apruebo? etc…Y como bien sabemos los miedos hacen que nos inmovilicemos, nos genera ansiedad, un gran desgate en nuestro organismo y por supuesto en nuestra mente.
Las preocupaciones inducen a nuestro organismo a: calmar nuestros pensamientos con sustancias, alcohol o comida, no se puede conciliar el sueño, trastornos gástrico y a nivel intestinal, dolores de cabeza, suelen ser personas que se aíslan de su medio, pueden tener problemas en el trabajo o en la familia, o en la universidad.
Entonces ¿si el problema no tiene solución? para que preocuparse