El dolor solo se alimenta de dolor. No puede alimentarse de alegría porque es intolerante a ella.
El dolor y la alegría son dos emociones que están conectadas.
La alegría es una emoción muy espontánea y por ello muy efímera. Se produce como un resultado al estímulo de algo positivo que ocurre en nuestras vidas. Se le confunde muchas veces con la felicidad, que no lo es.
Y el dolor (tanto emocional como el dolor físico) comparten camino, de hecho está demostrado que deben ser tratados porque tienen consecuencias negativos para la persona que lo sufre.
El dolor se suele originar por una falta de recursos necesarios para la gestión en los cambios que se producen en nuestra vida y poder enfrentarnos a las nuevas situaciones.
Para nuestro bienestar emocional debemos reconocer nuestras emociones.