Estrés, alimento y recompensa. Estos tres elementos están muy relacionados.
El Cerebro de las personas es un experto de generar estados de complacencia cuando realiza determinadas acciones y se garantiza que se vuelvan a repetir. Para ello produce determinadas sustancias como la dopamina que es vital para realizar muchas conductas
El cerebro:
En el cerebro existen centros reguladores que son:
- del gasto energético
- del hambre,
- toma de decisiones y programación
- procesamiento de la información y emociones.
- memoria, que se relaciona con el centro de la ingesta de alimento
El hambre, la saciedad y el balance energético, son regulados por un sitema neuroendocrino a nivel de hipotálamo
La conducta alimentaria:
La conducta alimentaria esta regulado por dos sistemas
- homeostático ubicado en hipotálamo
- hedónico, representado por el sistema de recompensa cerebral.
Estos se encuentran regulados por diferentes estímulos del apetito.
Cuando una persona se encuentra en situación de estrés se pone en funcionamiento el hipotálamo, la hipófisis y las glándulas adrenales que son los encargados de regular los niveles de cortisol en sangre que activan diferentes mecanismos para incrementar la ingesta de alimentos de elevada densidad energética, los cuales alteran los procesos de regulación del apetito, favoreciendo desarrollo de una conducta compulsiva en la búsqueda de alimento,
El consumo repetido de alimentos apetitosos en estas condiciones, es como la automedicación, solo que a través de los alimentos para poder calmar el estrés, sentir tranquilidad y comodidad.
Las diferentes estadísticas, apoyan los datos de la estrecha relación que existe entre estrés, los alimentos apetitosos y la recompensa.
¿Como funcionan estrés, alimento y recompensa en las personas?
Estos centro reguladores están interconectados a través de una compleja red nerviosa que se involucra con la información sensorial del consumo de alimentos que son considerados como apetitosos.
Por otro lado en lo que se conoce como el tallo encefálico, está involucrado en la recepción y procesamiento de señales provenientes de los sabores de los alimentos presentes en la cavidad oral, y con el envío de la información sensorial hacia los diferentes centros del cerebro.
Cuando un alimento es consumido ocurre una estimulación de las diferentes fibras nerviosas que ayudan a la estimulación de dopamina y otras sustancias químicas que incidirán sobre el sistema homeostático de la ingesta de alimento pero también sobre el sistema hedónico al entregar una señal positiva, y no solo crea la señal positiva sino que incitara a su repetición.
Por otro lado esta repetición se hará única y exclusivamente en aquellos alimentos alimentos apetitosos o altamente agradables al paladar de la persona.
Cuando suben los niveles de activación de recompensa, este circuito se intensifica. Sabemos que si esto se prolonga en el tiempo puede tener consecuencias para la salud de la persona ya que como sabemos los alimentos que suelen causar esos niveles de placer normalmente son los que aportan gran cantidad de calorías.
La ingesta de alimentos apetitosos o atractivos a los sentidos median un proceso de retroalimentación negativa por lo que son capaces de aliviar o disminuir la sensación de estrés.
Este artículo es orientativo, NO sustituye la consulta con su Nutricionista