De manera muy resumida veremos el aspecto funcional del desarrollo gastrointestinal requerido para la absorción de nutrientes y el mantenimiento de la salud, está bien desarrollando al memento del nacimiento en los niños a término.
EL DESARROLLO DE LOS MECANISMOS DE ABSORCIÓN.
CARBOHIDRATOS.
La digestión de los carbohidratos ocurre principalmente en la superficie celular de la mucosa. Por consiguiente la actividad enzimática y el área de superficie del intestino, debe ser los suficientemente apropiada como para ajusta la carga dietética de carbohidratos y de esta forma la absorción y digestión de los mismos puede llevarse a cabo eficientemente.
Entre las 6 semanas de gestación y el nacimiento, el área de superficie del intestino aumenta cerca de 100.000 veces su tamaño. En cuanto a los disacáridos, la curva no alcanza el máximo nivel sino a las 34 – 38 semanas de gestación. El valor más alto se encuentra en la parte proximal del intestino.
La absorción de los monosacáridos, específicamente la absorción de la glucosa puede ser demostrada tempranamente en el período de gestación. En el útero las cifras de glucosa están en el orden de 90 mgs. Para luego alcanzar su valor mínimo a la 1.5 hora de nacido de 40 mgs.
La digestión de los almidones se inicia dentro del intestino delgado, por la acción de la amilasa pancreática. En el nacimiento los niveles de amilasa pancreática están bajos, alrededor de 1/10 el valor del adulto; no obstante, al mes de nacido, los niveles han aumentado en forma considerable. La regulación de este aumento, parece estar relacionado principalmente con la introducción de almidones en la dieta.
LIPIDOS.
La absorción de las grasas en el adulto es un proceso eficiente por lo que un 95% de lo que se ingiere es absorbido; o lo que es lo mismo, nos de 5 gramos por día son excretados por las heces. Por el contrario, la absorción de grasas en el niño no es eficaz. Así el niño pretérmino (34 -34 semanas de gestación) absorbe entre un 65 – 75% de la ingesta. El niño a término puede absorber un 90% de la ingesta; los niveles de absorción adecuada se alcanza aproximadamente entre los 4 y 6 meses.
Los lípidos son el nutriente con el más alto valor calórico; por eso es importante comprender el mecanismo de absorción de las grasas y así poder explicar las variaciones en la eficiencia de la absorción de las grasas la cual ocurre con los lípidos y las diferencias en la madurez funcional del tracto gastrointestinal. La gran mayoría de las grasas están compuestas de triglicéridos en una proporción de un 98 – 99%, el resto incluye fosfolípidos, ácidos grasos libres, monoglicéridos, digliceridos, colesterol, etc. El 95% de la molécula de triglicéridos está integradas por ácido grasos y el restante 5% es glicerol.
El paso inicial de la digestión de las grasas es la Lipólisis de los triglicéridos por la lipasa pancreática y faríngea. La actividad de la lipasa pancreática se encuentra presente a las 16 semanas de gestación, alcanzando su máximo a las 28 semanas y permaneciendo inalterable hasta el término de la gestación. La actividad de la lipasa se incrementa en cinco veces en la primera semana de vida y va en aumente hasta 20 veces entre el primer y 9 mes.
El pool de sales biliares en el niño a término se reduce aproximadamente la mitad del valor adulto cuando es comparado sobre la base del área de superficie corporal. El valor para niños prematuros entre 32 – 36 semanas de gestación es reducido a aproximadamente la mitad de los niños a término.
La reducción en la capacidad del pool está relacionada con las bajas concentraciones de ácido biliar intraluminar, indicando que el lactante es más factible a incrementar la síntesis o a reducir las pérdidas intestinales de ácidos biliares para crear el ambiente intraluminar requerido para la solubilización y absorción de lípidos
Esto ha estimulado la producción de fórmulas para el niño, los cuales se absorben aproximadamente como la leche materna. Varios mecanismos han sido postulados para explicar este incremente en la eficiencia.
Los ácidos grasos saturados son pobremente hidrolizados de la fase intraluminar y estos requieren suficiente concentración de ácido biliar para formar la fase micelar para una eficiente absorción.
En efecto, los triglicéridos de cadena larga, lípidos saturados, son con frecuencia mal tolerados por el niño, por ello los aceites vegetales son usados actualmente en muchas fórmulas para niños. De hecho los lípidos saturados con frecuencia forman jabones insolubles de calcio dentro del tubo intestinal. Esto es importante debido a que una alta ingesta de calcio puede ocasionar esteatorrea en recién nacidos.
También es importante señalar que dietas con un contenido bajo en grasas pueden perder su proporción con los otros nutrientes y producir diarrea y cetosis, por una concentración elevada de carbohidratos de pequeñas moléculas donde la osmolaridad es elevada.
PROTEÍNAS.
Las proteínas no pueden ser absorbidas como tales, sino como péptidos. La digestión de las proteínas se inicia en el estómago por la pepsina.
La secreción de pepsina es paralela a al secreción de ácido, la cual es más alta en el recién nacido durante los primeros días de vida; el pH medio alcanzado durante la alimentación excede el pH óptimo para la actividad de la pepsina que se encuentra entre 1.8 – 3.5; entonces ocurre una hidrólisis de la proteína dietética por la tripsina y la quimiotripsina.
Algunos péptidos permanecen luego de la digestión proteolítica interluminar; si no son hidrolizadas nuevamente por las peptidasas de borde en cepillo, se absorben directamente.
La actividad de la peptidosa está presente en la gestación tempranamente y sus niveles no parecen estar afectados por la edad gestacional.
De lo señalado se deduce que los niños son capaces de digerir proteínas de los alimentos que ordinariamente se les ofrece y absorver los productos de su digestión sin dificulta.