Las interacciones entre fármacos, ingesta de nutrientes y estado nutricional del sujeto se está convirtiendo en un tema de importancia creciente. Los fármacos o medicamentos pueden influir sobre la absorción, metabolismo o excreción de los nutrientes; sus efectos pueden alterar el estado nutricional. Pero debemos también recordar que algunos nutrientes, alimentos o bebidas también interaccionan con el metabolismo, la acción o la excreción de diversos fármacos.
Los antibióticos, así como los antiinflamatorios y, probablemente muchos otros medicamentos como apósitos gástricos e intestinales, laxantes, protectores de estómago, etc. que no nos causan la menor sospecha modifican la absorción al nivel de la flora intestinal.
Es muy importante considerar las posibles interacciones entre los nutrientes y los fármacos utilizados en el tratamiento médico, ya que muchos medicamentos consumidos en forma crónica pueden aumentar el requerimiento de alguno de ellos. Los mecanismos por los cuales pueden interactuar son : alterando la absorción (en aumento o disminución), provocando disfunción de los riñones, disfunciones hepáticas, requerimientos nutricionales aumentados, competencia por antagonismo, inhibición o aumento en el metabolismo o en el sistema de transporte y a efectos indirectos debido a los componentes de la formulación del medicamento.
Cuando la flora intestinal se ha reducido debida a la toma prolongada de antibióticos de gran espectro, ya no se puede realizar la síntesis fisiológica de las vitaminas del grupo B, y entonces es preciso el aporte suplementario. En general, la toma de antibióticos debe ir seguida, y no acompañada de dosis considerables de magnesio, pues muchos antibióticos actúan como agentes quelantes del magnesio, a fin de inhibir una enzima bacteriana dependiente del magnesio y necesaria para su reproducción. También es preciso compensar el efecto radical de esos medicamentos después de su administración, mediante anti-radicales libres como los beta-carotenos, vitamina C y vitamina E y selenio.
La ingestión de determinadas hormonas, así como la de anticonceptivos orales, aumentan las necesidades de vitamina B6 y vitamina C, riboflavina, folatos y cinc. Muchos de los trastornos atribuidos a la píldora pueden corregirse fácilmente mediante una prescripción juiciosa de estos micronutrientes.
Algunos ejemplos de medicamentos que inducen anormalidades bioquímicas en el plasma (tomado de Thomas JA Drug-nutrient interactions. Nut. Rev 1995)
– Calcio: Antibióticos amiloglicósidos, tiazidas y suplementos de vitamina D
– Fosforo; drogas citotóxicas y nutrición parenteral
– Glucosa: morfina, fenitoína, tiazidas, corticoesteroides, estrógenos, agentes quimioterapéuticos, inhibidores de monoamin-oxidasas, barbituratos, fenilbutazona.
– Magnesio: antiácidos que contienen magnesio, anfotericina, ciclosporina, tiazidas, furosamida
– Potasio: antibióticos; penicilina, ampicilina, carbenicilina, esteroides desinflamatorios, antihipertensivos, glicósidos cardíacos, diuréticos, laxantes, suplementos de potasio, agentes tocolíticos
– Sodio: penicilina, laxantes, diuréticos tiazidas, furosamida esteroides antiinflamatorios.
– Triglicéridos; Ciclosporina, coricoesteroides, tioracil, cloropromacina.