En respuesta a un cliente a la pregunta: ¿Cuál es la importancia de la hidratación en el deportista?

Comenzaremos por recordar que un 90 – 70% de nuestro cuerpo es agua, y que el agua tiene muchas funciones dentro de nuestro organismo, pero para un deportista tiene mayor importancia, ya que es la encargada de refrigerar o mantener la temperatura del organismo.

Como se sabe durante la realización del ejercicio, los músculos generan energía dentro del cuerpo. Si este calor que se genera va incrementando provoca un incremento de la temperatura corporal y el rendimiento del deportista se verá disminuido, además de poder provocar daños en el corazón.

La temperatura interna de nuestro cuerpo también puede verse incrementada durante la estación de verano o tiempos muy calurosos y húmedos, cuando la humedad es alta y el sudor no puede evaporarse rápidamente, manteniéndose en nuestro organismo y aumentando la temperatura interna.

También se ve incrementada la temperatura interna cuando se practica deporte con prendas muy abundantes o de plástico que evitan la transpiración.

La principal forma de eliminación del exceso de temperatura corporal es a través del sudor.

Pero sabemos que el sudor conlleva pérdida de agua corporal. Es aquí donde tiene la importancia de una correcta hidratación, no solo antes, durante y después de la realización del ejercicio

¿Cómo influye la deshidratación en el rendimiento deportivo?

La deshidratación es uno de los principales factores que influyen en el rendimiento deportivo y que limitan la capacidad corporal para el ejercicio. A medida que se pierde agua por la transpiración, el volumen de sangre disminuye, reduciéndose la circulación al tejido cutáneo; impidiendo que el calor pueda disiparse y al muscular donde son necesario que lleguen los nutrientes y el oxígeno.

Una pérdida de líquido debida a la transpiración de un 2% del peso corporal, puede llevar a una disminución del rendimiento deportivo de un 20%.

¿Cómo podemos saber si nos estamos deshidratando?

Los primeros síntomas de deshidratación; malestar, cansancio, dolor de cabeza y apatía.  Los síntomas dependerán e la cantidad de agua perdida:

•  Si la pérdida a de líquido se encuentra entre un 1 y 5% del peso corporal tendremos: dolor de cabeza, sed, malestar, calambres musculares, anorexia, acaloramientos, impaciencia, apatía, somnolencia, fatiga, pulso alto y débil, nauseas.
• Si la perdida de líquido se encuentra entre un 6 -10% del peso corporal: Alucinaciones, dolor de cabeza, respiración dificultosa, volumen sanguíneo disminuido, concentración sanguínea alta, ausencia de saliva, cianosis (coloración azulada de la piel), dificultad para caminar.
• Si la perdida de líquido se encuentra entre 11 – 20% del peso corporal: Delirio, espasmos, dificultad para deglutir (tragar), sordera, visión dificultosa, problemas para orinar, paro cardíaco y colapso circulatorio.

Este artículo es oritentativo, NO sustituye la consulta con su nutricionista