Hoy responderemos a una pregunta de nuestros clientes: ¿Existe relación entre la alimentación y la mente?
Algunos hechos antes de comenzar:
- La influencia de la alimentación sobre la mente, puede ser en cierta medida demostrada de forma experimental, mediante test.
- Resulta lógico, por otra parte, si esta fuera de duda que el rendimiento y la eficacia de los músculos dependen de la naturaleza cualitativa y cuantitativa de la alimentación.
- No es menos cierto que el sistema nervioso central, y sobre todo el cerebro, tienen, tanto como el músculo una necesidad de combustible alimenticio que les permitirá asegurar sus actividades más complejas.
- Los tres grupos de alimentos: proteínas, lípidos y carbohidratos, puesto a la disposición del hombre de forma correcta en su alimentación, pueden tener una acción sobre su comportamiento psicomotor.
- Lo mismo ocurre con las vitaminas, minerales y fitonutrientes, cuya actividad biológica se incluye entre el metabolismo general y el intermedio formando parte importante en la actividad psíquica de un sujeto.
- Y por último el agua tampoco se escapa a esta afirmación.
- Dentro de las vitaminas, se han demostrados que tienen una acción sobre el comportamiento psicomotor.
- Pero es sobre todo la vitamina B1 o tiamina, de la cual se conocía la acción en el funcionamiento químico del tejido nervioso y en el metabolismo de los azúcares, la que ha sido más estudiada.
¿Que dicen los estudios?
Existen estudios que han demostrado que un aporte inadecuado cualitativo y cuantitativo de proteínas puede acarrear perturbaciones en la emotividad y en el comportamiento psicomotor.
Se sabe que en los niños que sufren la enfermedad de Kwashiorkor (deficiencia de proteínas), presentan una importante disminución de motilidad, que los conduce a una apatía.
Se ha demostrado en pacientes desnutridos su cambio de humor, a la que se les suministra una dieta adecuada, sobre todo en proteínas de alto valor biológico.
Hay estudios (Brozek, Guetzkow, Keys, etc) que estudiaron las consecuencias psicofisiológicas de un déficit de tiamina que comienza con:
- Perdida del hambre y nauseas como trastornos gastrointestinales,
- Emotividad y aumento de la timidez como trastornos emotivos,
- Cansancio y preocupación constante, como trastornos depresivos,
- Falta de coordinación, falta de energía ,
- Luego aparecen los trastornos metabólicos, neurológicos, cardiovasculares y
- Letargia mental.
- Y mucho más tarde suelen sobrevenir trastornos musculares, hepáticos, sensoriales e intelectuales.
Estos son solo unos pocos ejemplos que nos demuestran que la mala nutrición puede perturbar el equilibrio psíquico como perturba al rendimiento muscular.
Es importante conocer este aspecto del problema, pues si las carencias directas por falta de aportación de determinado alimento, vitamina o mineral y que son responsables de la deformación psíquica así como de trastornos psíquicos o intelectuales.
Estos estados exigen ser conocidos para ser tratados de una forma correcta mediante una correcta alimentación y suplementación.
Este artículo es orientativo, NO sustituye la consulta con su Nutricionista