Este equilibrio lo logramos eliminando las tensiones:
la tensión la genera las prisas con que vivimos, el miedo, las dudas. La tensión es un esfuerzo constante por estar seguros, por la protección. Es la constante preparación para el mañana el no poder afrontar la realidad, es el pasado que no has vivido, que has evitado y es lo que está rondando con tus pensamientos. Dedícate a eliminar la tensión y vivir el presente.