Una pregunta que hemos recibido de nuestros lectores: ¿El consumo frecuente de comidas altas en grasa también daña el hígado?
La respuesta es SI, y para esta respuesta me baso en un estudio publicado en el Journal of Clinical Investigation nos indica que comer con frecuencia comidas ricas en interrumpe la función hepática, revela un estudio nuevo y pequeño.
En algunos casos, cuando los alimentos grasos se comen repetidamente en exceso, las grasas se acumulan y causan una condición conocida como hígado graso no alcohólico.
Esta condición ha aumentado junto con la epidemia de la obesidad, y se piensa que pueden afectar hasta un 25 por ciento de gente en los Estados Unidos. Puede conducir a la cirrosis, una condición seria que se caracteriza por la cicatrización del hígado.
Los investigadores descubrieron que los altos niveles de grasa saturada que encentramos en algunos alimentos, alteran inmediatamente el trabajo del hígado, posiblemente predisponiendo a nuestro organismo a generar una enfermedad grave que afectara el hígado.
Para este estudio, los investigadores asignaron 14 hombres jóvenes y sanos a consumir un placebo o una dosis de aceite de palma que variaba según su peso. El aceite de palma proporcionó niveles de grasa saturada equivalente a la de una pizza de pepperoni de ocho trozos o una hamburguesa con patatas fritas, según el informe.
El Dr. Michael Roden dice: «Los efectos imitan las anormalidades observadas en personas con enfermedad metabólica grave», como pueden ser el higado graso y la cirrosis.
Roden, director científico del Centro Alemán de Diabetes en la Universidad Heinrich Heine de Düsseldorf comenta: «Nuestros resultados muestran los cambios tempranos que se producen, en el metabolismo hepático que conduce a enfermedades hepáticas grasas y cirrosis hepática, en el contexto de la obesidad y la diabetes tipo 2»
Esta «sobrecarga de grasas» provocó que el hígado produjera un 70 por ciento más de glucosa, lo que implica un aumento en los niveles de azúcar en la sangre con el tiempo, continua Roden. En consecuencia esto ayudaría a incrementar la sensibilidad a la insulina que es la causante de la diabetes tipo 2.
La carga de grasa también causó que las células del hígado trabajaran más, lo que podría estresarlas y contribuir a la enfermedad hepática.
Además, la grasa saturada redujo la capacidad del hígado para almacenar glucosa en comparación con la grasa «, lo que con el tiempo podría favorecer las enfermedades hepáticas grasas», dijo Roden.
El Dr. Hannele Yki-Jarvinen es profesor de medicina en la Universidad de Helsinki en Finlandia. «Sabemos que las dietas con altos contenidos en grasas saturadas producen el hígado graso», dijo.
«Las grasas saturadas como la mantequilla, los quesos grasos y el aceite de coco son, por tanto, lo peor que se puede comer desde el punto de vista del hígado», dijo Yki-Jarvinen, coautor de un comentario que acompaña al nuevo estudio.
Yki-Jarvinen dijo que mientras que la cirrosis es difícil de revertir, la mayoría de la gente puede aumentar su salud del hígado.
Además de su trabajo con los seres humanos, los investigadores también lanzaron un análisis similar de la ingesta de grasa en los ratones. Esto dio una idea de cómo la grasa afecta el funcionamiento de los genes, dijeron los autores del estudio.
A continuación, Roden dijo que espera saber cuánto tiempo duran los efectos de una comida alta en grasa y cómo se compara con los de otros nutrientes, como proteínas y carbohidratos.
Pero la noticia positiva: Es posible que las personas sanas puedan superar fácilmente estos efectos, cambiando a una dieta más saludable con una proporción adecuada de grasas saludables como pueden ser aceite de oliva, nueces, etc. y rica en frutas y verduras.
Te invito a que leas algunas pautas para cuidar tu hígado
Este artículo es orientativo, NO sustituye la consulta con su médico o nutricionista