Interesante artículo del Dr. Andrew Weil, sobre la densidad de los hidratos de carbono: la mejor guía para perder peso
En general la causa de la epidemia de obesidad en el mundo occidental parece simple: Un desequilibrio entre lo que consume y lo que se gasta. Es decir la gente está comiendo más calorías de las que necesita y realiza muy poca actividad física para quemar calorías que se están consumiendo de más; esta descompensación se traduce en un incremento de grasa en el organismo.
Pero esta explicación en sí misma, es demasiado simple. Porque por experiencia hemos visto que con dietas bajas en calorías y ejercicio vigoroso no funcionan de igual manera en todas las personas a largo plazo.
¿Cuál puede ser la explicación? El ejercicio, reconocemos que es vital para la buena salud, pero también debemos de reconocer que no es el único medio de control de peso. Por norma general el exceso de ejercicio tiende a ser compensado por un incremento del apetito, de aquí la que algunos expertos indiquen que realizar ejercicio de forma descompensada lo que hace es trabajar el hambre, demasiado gasto de energía por parte del organismo, lo cual se ve necesitado de una recuperación. Algunas personas con extraordinaria fuerza de voluntad pueden resistir tales días de hambre después de días, pero la experiencia es que para un gran porcentaje de personas, la pérdida de peso a través del ejercicio es una opción difícil.
Mientras tanto, con la reducción de la ingesta de calorías, también tienen sus fracasos y los famosos efectos yo-yo. Un excelente estudio realizado por investigadores de la Universidad de Harvard confirma que lo que determina a la ganancia o pérdida de peso por parte de las personas, depende de los tipos de alimentos que se consumen, en lugar de la cantidad de calorías
¿Entonces cuál es la mejor manera para controlar el peso?
Vamos a ver como se relación la inflamación y la obesidad.
La inflamación en el cuerpo es una respuesta normal y saludable a una lesión o ataque de gérmenes. Podemos verlo, sentirlo y medirlo en la superficie con los siguientes signos: calor local, enrojecimiento, hinchazón y dolor. Esta es la manera que tiene nuestro organismo de conseguir más nutrientes y más actividad inmune en el área que necesita para defenderse de la infección y curar.
La inflamación, en definitiva, ayuda a movilizar la grasa. Esto se ha demostrado en un estudio realizado en hombres sanos no diabéticos, donde se encontraron evidencia de niveles en ciertos marcadores de proteína en sangre, servían para predecir un posible aumento de peso.
La obesidad, a su vez, promueve la inflamación crónica elevada. Como lo indica un artículo de revisión de Harvard dice, «Un crónico estado subagudo de inflamación suele ir acompaña a la acumulación de exceso de lípidos en el tejido adiposo y el hígado, quedando evidenciado por los cambios en ambas células inflamatorias y los marcadores bioquímicos de la inflamación».
En otras palabras, la obesidad y la inflamación están interrelacionadas y conducen a un ciclo destructivo. Esto puede ayudar a explicar por qué el sobrepeso, una vez adquirido, puede ser tan difícil de perder.
Lo que nos lleva a un nuevo documento escrito por Ian Spreadbury de la Unidad de Investigación de Enfermedades Gastrointestinales de la Universidad de Queen en Ontario, Canadá. Donde nos proporciona lo que creo que podría convertirse en el índice dominante para decidir qué alimentos comer y cuáles evitar en la búsqueda de control de peso. El estudio al que hacemos mención es: «Comparación con las dietas ancestrales sugiere que los carbohidratos densos son acelular y promueven una microbiota inflamatoria, y pueden ser la principal causa dietética de la resistencia a la leptina y su relación con la obesidad», el documento establece la hipótesis de que la densidad de hidratos de carbono es probablemente el factor determinante más importante de si un alimento promueve o no a la inflamación y/o obesidad.
¿Cómo podemos calcular la densidad de hidratos de carbono? La densidad de hidratos de carbono es muy simple para calcular: sólo se tiene que dividir la cantidad de carbohidratos en la comida entre el peso de la comida. Aquellos carbohidratos que puedan ser compactados en un gramo de alimento, son los alimentos con mayor índice de carbohidratos.
Los actuales procesamientos de alimentos son, por desgracia, muy buenos para incrementar la densidad de carbohidratos. Dos de las formas más poderosas para hacerlo tenemos:
– Aislando y concentrando los azúcares de las plantas,
– Refinamiento de las semillas, para obtener de ellas una harina altamente refinada.
En ambos casos, se destruyen las paredes celulares de los alimentos a través del calor y la presión sobre el alimento original. Utilizando la terminología de Spreadbury: azúcar y harina carecen de células intactas es por ello que se le denominan acelular
De acuerdo con la revisión de Spreadbury, estos hidratos de carbono densos, pueden ayudar a hacer que las bacterias normales y naturales que habitan en el tracto digestivo se conviertan proinflamatorias. Teniendo por consecuencia que estas bacterias puedan ser promotoras de la inflamación y conduzcan a una resistencia a la leptina en las terminaciones aferentes vagales»; en otras palabras, un embotamiento de la capacidad de la leptina y otras hormonas que son las encargadas de comunicar a nuestro cerebro a través de las terminaciones nerviosas del intestino que “hemos comido suficiente”.
Esto es importante, ya que prácticamente todos los médicos que asesora a los pacientes obesos escucha el estribillo, «Yo nunca siento lleno!» Tales quejas deben ser tomadas en cuentas, ya que es muy posible que las personas con tractos gastrointestinales inflamados realmente luchan con sentimientos inextinguibles y continuos, de hambre, por lo que la pérdida de peso mucho más difícil de lo que debería ser.
Si todo lo explicado anteriormente es cierto podemos ver que hay nuevas posibilidades en el tratamiento de la obesidad y de otras enfermedades relacionadas con la alimentación
Deseas más información; info@my-pdiet.com o bien reserva t
Este artículo se ha traduciod de lo que ha escrito Dr. Andrew Weil Founder and director, The Arizona Center for Integrative Medicine
http://www.huffingtonpost.com/andrew-weil-md/carbohydrates-weight-loss_b_1937312.html