Comenzaremos por hacer un breve resumen de la situación fisiológica de este grupo poblacional.
En primer lugar hay que tomar en cuenta los cambios biológicos en el envejecimiento, que se reconoce como un proceso inevitable y caracterizado por un deterioro progresivo. Este proceso puede ser modificado por tensiones de la vida, (tanto económicas como familiares), es por eso que resulta difícil separar claramente los efectos del envejecimiento de las otras causas. Este fenómeno tiene lugar a diferente ritmo, dependiendo de cada individuo.
La disminución en el metabolismo basal es influida hasta cierto punto por cambios en la composición del cuerpo. Debido a que con la edad, el tejido adiposo tiende a incluir un porcentaje mayor del peso total del cuerpo y a que el metabolismo energético del tejido adiposo es muy inferior al de la masa corporal magra, se produce una disminución en la tasa del metabolismo basal por unidad de peso o de superficie corporales. Podrán contribuir además otros factores, tales como una función de la glándula tiroides menor.
De todos modos para algunas personas, inclusive una disminución natural en el consumo de alimento no es suficiente para mantener su peso dentro de los límites normales. Cierto número de estudios han revelado una alta frecuencia de obesidad entre las personas mayores de 55 años.
Con el envejecimiento, la reducción de la actividad física y de la buena salud puede conducir al consumo menor de alimento y por consiguiente, a la pérdida de peso. Inversamente un consumo menor de alimento puede conducir a menor actividad física y a un bienestar físico menor.
Las necesidades de proteínas de los ancianos son las mismas que para los jóvenes, pero los ancianos necesitan un menor consumo de grasa, por su incapacidad para sintetizar y excretar los lípidos y porque además la reducción de la ingesta de grasa disminuye el riesgo de enfermedades coronarias y a la obesidad.
En esta población nos podemos encontrar con algunas deficiencias como pueden ser de hierro, ácido fólico, albumina, esto normalmente va acompañado algunas vitaminas como la A, D, E y K, esto se deben a que normalmente van asociados con problemas de masticación, consumo de laxantes y otros medicamentos, y los hábitos alimentarios del mismo paciente.
¿Cuáles son las pautas que debemos seguir en la alimentación de las personas de la tercera edad encamados sin ninguna patología añadida?
Las pautas nutricionales no serán muy diferentes a las personas normales, el objetivo es el mantenimiento de una correcta nutrición para poder ayudarlos a reponerse.
- Reducir el consumo de grasa; controlar el consumo de alimentos ricos en grasa (embutidos, cortes de carne grasa, grasas animales, quesos y derivados ricos en grasa, control en el aceite que se añade a las ensaladas, la bollería industrial, etc.). De ser posible se recomienda evitar las frituras y platos precocinados. El consumo de huevo máximo dos veces por semana.
- Controlar el consumo de proteínas de alto valor biológico: su consumo deberá estar en unos 63 gramos de proteínas para los hombres mayores de 51 años y 50 gramos de proteínas para las mujeres mayores de 51 años.
- Consumir tres veces por semana pescado y por lo menos una de ellas que sea pescado azul.
- Incrementar el consumo de frutas y verduras. Para asegurarnos el aporte de vitaminas y minerales, así como de fibra.
- Sustituir los cereales refinados por cereales integrales, para ayudar al tránsito intestinal.
- Controlar el consumo de sal añadida, preferiblemente consumir los alimentos sin sal añadida.
- Control en el consumo de azúcar, recordemos que las personas de la tercera edad tienen una mayor tendencia al consumo de cosas dulces.
- Mantener hidratado, el consumo de agua debe ser de litro y medio por día. Recordemos que tienen problemas para el consumo de agua en general, es por ello que se recomienda la utilización de gelatinas para su hidratación, o bien al agua añadirle unas gotas de zumo de limón o cualquier otra fruta natural para engañar el sabor.
- Respetar los horarios de comidas y suministrarles por lo menos 5 tomas al día.
10.Para poder ayudar a la recuperación es recomendable una suplementación con un multivitamínico, hierro, ácido fólico y Calcio, que son los elementos los cuales suelen estar más deficientes.
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