ANTECEDENTES DE LA NUTRICIÓN:
En el estudio de la vida, si fuésemos del todo estrictos, la ciencia madre es la biología, que se encarga de estudiar a los seres vivos; pero quizás aún antes de que al ser humano le interesara saber más sobre con quienes comparte el planeta, ya se había interesado por entender cómo es que cada uno de nosotros nace, vive, se reproduce y muere. Hemos sido siempre, como especie humana, nuestra más grande duda, centro de reflexión, de búsqueda de conocimientos para evitar muertes tempranas, para mejorar nuestra calidad de vida.
Así fue cómo surgió el estudio de la salud. La medicina se encargó de, poco a poco antes y vertiginosamente en tiempos más recientes, ir descubriendo cómo funciona la maravilla que somos. Entender el funcionamiento del cuerpo ha propiciado el control de muchas enfermedades que antes eran mortales; por ello, en todas las sociedades se ha tendido a mitificar a los médicos, a veces hasta el exceso de considerarlos infalibles. Sin embargo, la realidad es otra; la medicina, y en general el estudio de la salud, distan mucho de ser una ciencia exacta.
Es a través de la práctica como nos hemos ido dando cuenta de que cada organismo es diferente, de que si bien existen mecanismos universales, nunca hay dos personas que reacciones exactamente igual ante un padecimiento. Por lo mismo, cada vez se ha ido haciendo más necesaria una mayor especialización en la búsqueda de preservar la salud.
Abandonada por mucho tiempo, la nutrición ha resurgido al reconocerse lo que desde la antigüedad se sabía: que buena parte de las enfermedades están relacionadas con lo que comemos. Ya lo decía Hipocrates: “haz que tu medicina sea tu alimento, y tu alimento sea tu medicina” En los tiempos recientes esto se ha ido haciendo cada vez más evidente, porque al disminuirse la mortalidad por enfermedades infecciosas se ha ido incrementando el número de personas que desarrollan otro tipo de enfermedades, las que conocemos como crónicas no transmisibles (diabetes, hipertensión, cáncer, afecciones del corazón), que cuando la gente moría más joven no alcanzaban a mostrarse en muchos casos.
Todas estas enfermedades pueden prevenirse y controlarse con la alimentación, y por ello la nutrición, parte del estudio de la salud, es tan importante. Además, está la desnutrición, un flagelo que cada día nos recuerda la injusticia, la insolidaridad.
Así, la nutrición es un área que cada vez cobra más importancia y, como en todas, necesita de personal especializado que se enfrente a su problemática y que la resuelva. Durante años, fueron los médicos los que se dedicaron a la nutrición, pero ante la necesidad de la especialización, se desarrollaron estudios profesionales en el área, dando lugar a la licenciatura en nutrición.
Los Nutricionistas, son profesionales de la salud que nos dedicamos a solucionar los problemas de nutrición tanto a nivel comunitario como individual. Nuestra función es preventiva y de tratamiento. A través de la formación de hábitos de alimentación, de su corrección, buscamos evitar que la gente se enferme. Por medio de tratamientos especializados, mejorar la calidad de vida de los enfermos y participar en el control de sus enfermedades.
A QUE NOS REFERIMOS CUANDO HABLAMOS DE NUTRICIÓN.
Nutrición son dos conjuntos interrelacionados pero claramente diferenciados. Es, por un lado, un conjunto de conocimientos y es, también, un conjunto de procesos; la interrelación entre ambos es muy sencilla: el conjunto de conocimientos se refiere al conjunto de procesos.
Hablemos en primera instancia de los conocimientos. Un punto sin duda de gran controversia es el que se refiere a si estamos hablando o no de una ciencia. La respuesta puede parecer sencilla y sin embargo no lo es tanto. Una ciencia es un conjunto de conocimientos ordenados y sistematizados que pueden comprobarse; entonces la nutrición es una ciencia? si nos referimos a los procesos bioquímicos, al metabolismo y, en general, a los conocimientos referentes a la nutrición que pueden investigarse mediante el método científico.
Pero no todos los conocimientos de la nutrición se relacionan a lo que estrictamente entendemos por ciencia. La ciencia no es la única forma de acercarse a la realidad aún que sea una de las más importantes. La nutrición no es ciencia cuando hablamos de los hábitos y de las costumbres, cuando hablamos desde la cultura y de las tradiciones. Existen, cierto, teorías científicas de la cultura e intentos de sistematizar lo referente a los hábitos, pero ello no lo incluye todo. La investigación y la práctica científica son fundamentales y necesarias para comprender como ocurren los procesos, como también es indispensable una gran amplitud de criterio para poder trabajar con la información disponible y buscando eclécticamente todas las respuestas posibles a una interrogante y las opciones que específicamente se relacionan con una persona en particular. Es necesario un análisis crítico con la aportación, necesariamente subjetiva, del observador.
La nutrición debe estudiar todo lo que ocurre alrededor del acto de alimentarse: desde el momento en que se produce un alimento hasta que ese mismo alimento, ya desdoblado en sus componentes y después de haber sido utilizado, es desechado por el organismo. La nutrición humana es un conjunto de procesos íntimamente relacionados con el contexto en que se desarrollan, y es por ello que en su estudio deben contemplárselos aspectos económicos, sociales y culturales.
Aquí es donde ya nos referimos al conjunto de procesos. La nutrición va desde la producción, almacenaje, transformación, transporte, distribución, comercialización, preparación y consumo de los alimentos, y con ellos de todas las sustancias que necesitamos para funcionar adecuadamente (los nutrimentos); necesariamente cada etapa depende de la formación socioeconómica imperante, de las formas culturales en donde se desarrolla y de las particularidades de cada individuo.
La nutrición como conjunto de procesos inició con la vida, y la nutrición humana con la aparición de los humanos. La nutrición como conjunto de conocimientos, como sujeto de estudio es bastante más reciente. Aún falta mucho por conocerse.
NUTRICIÓN Y ESTILO DE VIDA
Además de lo que comemos, existe otra serie de factores relacionados con la aparición y desarrollo de diversas enfermedades y que, al igual que la alimentación, está en nuestra manos atender y corregir para proteger nuestra salud. Recordemos que la prevención es siempre nuestro mejor seguro de vida.
Estos factores son los que denominamos como estilo de vida., y son todos los que se relacionan con nuestras actitudes, comportamientos, etc. Nuestra actividad física, nuestra manera de enfrentar los conflictos o los problemas, alguna dependencia, sea al alcohol, al tabaco o alguna otra droga, etc.
Por ejemplo, se ha comprobado en estudios que el tabaquismo predispone a sufrir un infarto no solo a largo plazo sino inclusive en el corto: los fumadores de entre 30 y 40 años tienen cinco veces más riesgo de infarto que los no fumadores; un fumador crónicos, de esos que todos los días y cada momento andan con el cigarro en la boca, son candidatos a desarrollar enfermedades del corazón, además del riesgo de cáncer en los pulmones o en la garganta.
Por su parte, el alcoholismo es el responsable de presión alta, sobre todo en hombres de alrededor de 40 años, además de que la ingestión excesiva del alcohol lesiona al hígado, al estómago, los intestinos y al corazón.
En el caso del sedentarismo, es decir, aquellas personas que no acostumbran realizar algún ejercicio de forma sistemática, la presión alta y los padecimientos del corazón abundan. Se ha comprobado que la actividad física disminuye las cifras de presión arterial y los niveles de colesterol en la sangre. En los pacientes diabéticos, el hacer ejercicio les ayuda a controlar el azúcar de la sangre, y a mejorar su perfil de lípidos. Un estilo de vida activo disminuye en un alto porcentaje, el riesgo a padecer enfermedades del corazón y de las arterias.
Otro aspecto fundamental es el tan mentado stress. La angustia propia de las grandes ciudades es un importante factor de riesgo para enfermedades como las del corazón, la diabetes y otras. Si a ello le sumamos una actitud compulsiva u obsesiva, las consecuencias en nuestra salud física no tardan en presentarse.
La vida en las ciudades se encuentra llena de situaciones potencialmente conflictivas: la crisis económica, la delincuencia y la inseguridad, la contaminación, el tráfico, etc. Todos esos factores afectan nuestro equilibrio emocional, y si sabemos enfrentarlas van a repercutir seriamente en nuestra salud.
Corregir nuestro estilo de vida realmente va a mejorar nuestra salud y va a conseguir que nos sintamos mejor con nosotros mismos y con los demás. Es importante realizar algún ejercicio, tal vez simplemente caminar, pero hacerlo diariamente y por lo menos durante 30 minutos.
Nuestro cuerpo nos va a agradecer que evitemos fumar y tomar bebidas alcohólicas. Dos agresiones menos sobre el organismo. Y nuestra mente y cuerpo van a pasársela mejor si aprendemos a sonreír, a no enfadarnos y buscar soluciones.
Este artículo es orientativo, NO sustituye la consulta con su Nutricionista